Thursday, 12 Sep 2024

Cerca de un 40% de las personas con diabetes tipo 2 son propensos a desarrollar enfermedad renal crónica

 
 
   

 

 

Tener riñones saludables y eficientes es esencial para mantener nuestro organismo en óptimo estado. La enfermedad renal crónica es el trastorno de los riñones provocado por distintas enfermedades, entre ellas la diabetes, que ocasiona que estos no puedan filtrar la sangre correctamente. Las cifras mundiales más recientes estiman que, del total de personas diabéticas, el 90% están clasificadas como  tipo  2;  y,  de  estos,  dos  de  cada  cinco;  es  decir,  alrededor  de  un  40%,  desarrollarán enfermedad  renal  crónica, reduciendo  la  expectativa  de  vida  del  paciente  en  unos  16  años.

 

Además,  las  personas  diabéticas  que  mueren  debido  a  complicaciones  de  la  enfermedad  renal crónica,   por   lo   general,   fallecen   por   infartos   del   corazón   o   el   cerebro   y   otras   causas cardiovasculares.
Datos de la organización internacional sin ánimo de lucro World Kidney Day informan que el 10% de la población mundial padece enfermedad renal crónica, que si no se trata, puede ser mortal. Además, la falta  de conocimiento sobre  ella limita  su  lucha  y  aumenta  la  mortalidad  asociada  a ella.
Es  por  esto  que,  con  el  objetivo  de  sensibilizar  a  la  población  sobre  la  importancia  de  la enfermedad renal crónica (ERC), cada segundo jueves de marzo, se conmemora el “Día Mundial del Riñón”.

 

Los  factores  de  riesgo  para  desarrollar  la  enfermedad  son:  presión  arterial  alta,  obesidad  y sedentarismo; además, niveles de azúcar en sangre descontrolados y en la medida que avanzan los años, ser diabético.
¿Cómo la diabetes causa enfermedad de los riñones? Cada riñón está formado por millones de filtros pequeños llamados nefronas. Con el tiempo, los niveles altos de azúcar en la sangre causados por la diabetes, dañan los vasos sanguíneos de los riñones y las nefronas, cesando su funcionamiento. Por lo general, la enfermedad crónica de los riñones no provoca signos ni síntomas en sus etapas iniciales.
Para  detectar  la  enfermedad  renal  crónica, es  indispensable  realizarse hacerse  los  exámenes recomendados por el médico tratante: un examen de orina para identificar presencia de la proteína albúmina; y, otro, llamado creatinina, para saber si los riñones mantienen su función de filtrado.

 

Estos exámenes deberían hacerse, al menos, una vez al año para que el médico los valore y le dé seguimiento a la enfermedad. La enfermedad renal crónica en personas diabéticas que no es tratada a tiempo y adecuadamente, puede  empeorar y  convertirse  en una insuficiencia  renal terminal; donde el  paciente  necesitará  diálisis periódica  (tratamiento  dela  insuficiencia  renal  en  fase terminal  para  eliminar sustancias dañinas de la sangre cuando los riñones no lo pueden hacer); o, recibir un trasplante de riñón para sobrevivir.

 

En un paciente que ha sido diagnosticado con enfermedad renal crónica, los tejidos de los riñones se vuelven fibrosos y se inflaman, causando que pierdan su función de filtro. La finerenona bloquea la inflamación, reduce la fibrosis y disminuye los niveles de albúmina (proteína cuya presencia en la orina, evidencia el mal renal) en pacientes con enfermedad renal crónica y diabetes tipo 2.

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