La industria de camarón en el Ecuador representa ventas de 5.085 millones de dólares
Actualmente, el mercado del camarón en el país vendió, 5.085 millones de dólares, durante el periodo de enero a agosto de 2022, obteniendo un crecimiento del 60% respecto al mismo periodo del año anterior.
Entendiendo la importancia de este mercado, lograr la correcta conservación de los camarones es uno de los principales retos para los exportadores de este producto, debido a la delicadeza del mismo. Por este motivo, y para contrarrestar esta situación, el Metabisulfito de Sodio (grado alimenticio) se ha convertido en una solución fundamental gracias a su acción antioxidante, la cual detiene el proceso de descomposición del marisco.
Y es que, para lograr su consumo adecuado, se debe garantizar una conservación óptima desde el momento de la recolección, evitando la descomposición o la presencia de melanosis; siendo esta última una de las complicaciones de origen biológico que más se presentan durante el proceso de conservación de los camarones.
“La melanosis se trata de un proceso enzimático el cual, en combinación con el oxígeno atmosférico, desarrolla un ennegrecimiento parcial de ciertas partes del camarón. La aparición de esta coloración se da a las pocas horas de ser capturado, iniciándose en la cabeza y extendiéndose paulatinamente en dirección a la cola y ramificándose por las extremidades del crustáceo”, explica María Isabel Álvarez, consultora de ventas de químicos industriales de BASF.
El Metabisulfito de Sodio grado alimenticio es un polvo fino, cristalino que tiene una acción antioxidante, el cual puede ser aplicado de diferentes formas, siendo su objetivo principal el de contrarrestar el acceso del oxígeno en el camarón, evitando el avance de la melanosis.
Entendiendo la importancia de este mercado, BASF ha creado un proceso totalmente seguro, de calidad y libre de cualquier contaminación. Con este fin mantiene tres plantas propias para la producción de la soda, materia prima para elaborar el metabisulfito de sodio. Además, es el único productor de sulfitos que tiene una planta de producción completamente cerrada, totalmente tecnificada y aislada del contacto humano en el proceso, con el único fin de evitar cualquier tipo de contaminación en el producto, alcanzando los más altos estándares de calidad.
Bajo estas soluciones, la multinacional química BASF tiene como propósito crear soluciones altamente eficientes y a su vez, impulsar la sostenibilidad con foco en la eficiencia productiva de sus centros de producción, en el uso sustentable de sus recursos y en la reducción del impacto ambiental en todos sus procesos.