Thursday, 3 Oct 2024

Los pacientes diabéticos experimentan daño progresivo de los nervios afectando la sensibilidad y funcionalidad de los pies

 
 
   

 

En Ecuador, 1 de cada 10 personas entre los 50 y 59 años padecen de diabetes, según la encuesta ENSANUT. Esta población es más propensa a presentar una de las complicaciones que pueden generar dolor crónico: la neuropatía diabética periférica, una patología caracterizada por la lesión de los nervios de los pies.
El doctor César Mariscal, médico clínico internista, asegura que “De acuerdo con varios estudios en Latinoamérica, entre el 25 y el 50% de los pacientes con diabetes padecen neuropatía diabética, y los mayores factores de riesgo para que se presente son el tiempo de evolución de la enfermedad y el inadecuado control glucémico”.

 

El especialista asevera que la diabetes afecta a los órganos y daña progresivamente los vasos que llevan la sangre a los nervios. “Entre el 15 y 20% de los pacientes con neuropatía diabética presentan dolor en el pie, como una sensación quemante”. Además, una sensación de hormigueo, adormecimiento, ardor y dolor causado por úlceras o músculos atrofiados, afectando la sensibilidad, la funcionalidad del pie y la calidad de vida.
Ante esta realidad, lo más recomendable es que una vez que un paciente sea diagnosticado con diabetes tipo 2 o prediabetes, su médico realice un examen clínico exhaustivo de las extremidades para identificar a tiempo la neuropatía y retrasarla”. El dolor neuropático periférico también puede venir acompañado de enfermedades circulatorias y deformidad en los pies (pie diabético) provocando amputaciones en casos de no contar con atención oportuna.

 

El especialista apunta que el diagnóstico oportuno de la neuropatía diabética periférica es fundamental para su correcto abordaje; para ello, se requiere un personal de atención médica primaria formado y capacitado para detectar signos y síntomas del dolor crónico. Sin embargo, de acuerdo con el Atlas de Diabetes de la Federación Internacional de Diabetes, menos de un tercio de los médicos reconocen estos síntomas.
Así mismo, el Dr. Mariscal indica que el abordaje personalizado y multidisciplinario, que comprenda tanto el control de la enfermedad de base (diabetes), como el seguimiento neurológico, cardiovascular, nutrición, terapia psicológica, cuidado del pie, tratamiento del dolor y farmacológico, a cargo de un especialista, es necesario para evitar futuras complicaciones.

 

El experto enfatiza, además, la importancia de la corresponsabilidad en el tratamiento de la enfermedad, a través de una buena sensibilización del paciente acerca de su enfermedad para lograr su participación activa, con hábitos que contribuyan a mejorar su estilo de vida y el éxito de su tratamiento, para ello recomienda:
– Realizar un control diario de los niveles de glucosa o azúcar en sangre.
– Controlar el peso, el colesterol y la presión arterial.
– Incorporar una rutina de actividad aeróbica, al menos unos 150 minutos a la semana.
– Evitar fumar.
– Llevar una alimentación antiinflamatoria, baja en azúcares y carbohidratos.
– Prestar especial atención a sensaciones en los pies, cambios en la forma, color y lesiones que puedan aparecer para disminuir el riesgo de úlceras y amputaciones.
– Acudir al control médico de forma periódica.

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