A partir de un estudio reciente de Mongabay Latam, se sabe que en los últimos 26 años Ecuador ha perdido más de 2 millones de hectáreas de bosque. A pesar de estar en el ranking de los 17 países megadiversos del mundo, el país recorta unas 94.353 hectáreas de bosque cada año, según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO), lo que no solo ocasiona una acelerada deforestación de bosques, sino una degradación que tiene consecuencias graves en la biodiversidad.

El calendario ecológico de marzo, nos hizo recordar la importancia del cuidado de los bosques, el agua y otras iniciativas a nivel mundial en favor del medioambiente como “La hora del planeta”. Muchas organizaciones y empresas están comprometidas con el desarrollo sostenible del país y en función de eso, la Dirección de Ambiente y Preservación de Áreas Verdes del Municipio de Guayaquil organizó la jornada de Siembratón 2023 por un Guayaquil Sostenible.

A través de la iniciativa, se llevó a cabo un proceso de siembra de 3.000 árboles en “Bosqueira”, uno de los bosques secos de Guayaquil, que ha sufrido incendios en los últimos años. La jornada contó con la participación de unas 1.000 personas entre bomberos, líderes barriales y representantes de empresas privadas, entre ellas la compañía química BASF que donó 200 plantas de roble y guayacán, especies nativas que harán parte del proceso de conservación del bosque en recuperación.

Leonardo Virviescas, líder regional de comunicaciones de soluciones para la agricultura en BASF, afirma que “Desde la empresa privada y la agricultura queremos contribuir a un mundo que brinde un futuro sostenible con una mejor calidad de vida para todos. La sostenibilidad está en el corazón de lo que hacemos, es parte del motor de crecimiento y también un elemento de nuestra gestión con las comunidades y el planeta, porque el trabajo más valioso de la tierra, también es cuidar de nuestros bosques”.

Según un artículo de la Revista Nature la deforestación de los bosques tropicales tiene consecuencias en la cantidad de lluvia que recibe una región, encontrando una reducción en las precipitaciones en las zonas deforestadas entre los 5 y los 200 kilómetros alrededor de esas áreas. Por ello es clave que además de las iniciativas de reforestación, las empresas cuenten con alternativas activas integrales para reducir el daño ambiental. BASF, por ejemplo, tiene el compromiso de reducir las emisiones de CO2 en su producción adoptando soluciones como energía renovable y soluciones digitales internas para calcular la huella de carbono en sus productos.