Formas de disfrutar tu visita en tierras peruanas

El lujo en el Perú es inesperado, creativo y aventurero. Pero, sobre todo, el lujo en el Perú está en sus historias. Esos cautivantes relatos tienen como escenario impresionantes sitios precoloniales, señoriales ciudades y una majestuosa naturaleza. Lo invitamos a descubrir 6 formas de vivir de ese lujo y deleitar todos los sentidos en tierras peruanas.
1. Belmond Andean Explorer
El primer tren de lujo con hospedaje en Sudamérica. Belmond Andean Explorer recorre durante 3D/2N Cusco, Puno y Arequipa. Tras partir de Cusco el campo se apodera de las ventanas y se dejan atrás pueblos como Oropesa, tierra de panaderos, y las lagunas de Huacarpay y Urcos. Después de una parada en el complejo arqueológico de Racchi el paisaje empieza a cambiar y las montañas se achican para dar paso a la planicie de la meseta del Collao. Se ingresa a Puno luego de un increíble atardecer en el lago Titicaca. Al día siguiente se navega hacia las islas flotantes de Uros y la isla de tejedores de Taquile.
2. Cruceros por el Amazonas
A la Reserva Nacional Pacaya Samiria le dicen la selva de los espejos porque cuando el cielo se refleja en las oscuras aguas del río, es difícil distinguir de qué lado está el reflejo y de qué lado está la realidad. En las aguas de esa jungla misteriosa navegan cruceros boutique que se internan en los recovecos de los bosques inundables para observar más de cerca la flora y la vida silvestre. El elegante Aria Amazon de Aqua Expeditions, es un barco de 16 suites donde se podrá disfrutar de una experiencia culinaria creada por el reconocido chef Pedro Miguel Schiaffino; por otra parte, Delfin Amazon Cruises, el primer crucero en el mundo parte de la asociación Relais & Chateaux, ofrece tres embarcaciones.
3. El mejor destino culinario del mundo
La gastronomía peruana es exquisita, no hay quien la pruebe y le sea indiferente. Las inmensas riquezas de sus tierras y la diversidad cultural que se manifiesta en cada platillo, receta y uso de ingredientes, logrando que cada ciudad de este maravilloso país posea un plato típico con un sabor inigualable. En ese sentido, se puede decir, que la comida peruana ha sido el resultado del converger de miles de productos del campo y decenas de culturas vivas, que por siglos han compartido un solo territorio, creando una amplia oferta en donde el paladar es el mejor jurado.
4. Aventura en el desierto
Entre el río Pisco y el río Ica, en la costa peruana, hay 150 kilómetros en los que el viento corre a sus anchas, llueve muy eventualmente y no se puede encontrar ni un pequeño manantial. Se trata del desierto donde floreció la cultura Paracas (700 a.C. – 200 d.C.) -famosa por sus exquisitos telares y sus trepanaciones craneanas- que también alberga bellos parajes como los oasis de Morón y Huacachina. Los recorridos por este mar de arena con colosales dunas y áridas planicies se realizan en una camioneta doble tracción y terminan al atardecer, en un campamento equipado con todo lo necesario para estar a gusto. Allí se realiza una cena gourmet bajo las estrellas en medio de un relajante silencio
5. Pisco, Spirit of Peru
Ica es la región donde se inventó el pisco y la mayor productora de uva del Perú. El terreno pedregoso y arenoso de la zona, además de su benigno clima, producen cepas inmejorables que son usadas por productores industriales y artesanales. En esta región se ha implementado ‘La ruta del pisco’, que consiste en recorrer antiguas y modernas bodegas, donde es posible recorrer los viñedos, aprender sobre los procesos de elaboración del pisco, así como catar las variedades de pisco que se producen en la zona.
6. Atardeceres en el Titicaca
Algunas de las playas de agua dulce del lago Titicaca tienen sol casi todo el año, suave arena y oleajes ligeros. En sus alrededores crecen tallos de totora entre los que se refugian más de 100 especies de aves. Las travesías en embarcaciones de totora permiten ver parte de este ecosistema y acampar en alguna playa cerca de la comunidad de Llachón, destino con una interesante oferta de turismo rural, o en Taquile, una isla de hombres tejedores que mantienen sus tradiciones ancestrales.