Pacientes con dolor crónico poseen un riesgo tres veces mayor de desarrollar depresión
El dolor crónico es una enfermedad compleja que afecta más allá del ámbito físico, los pacientes pueden desarrollar trastornos como ansiedad generalizada, estrés post traumático y, principalmente, depresión. De acuerdo con el Dr. Marco Narváez, presidente de la Federación Latinoamericana de Asociaciones para el Estudio del Dolor (FEDELAT), esto se debe a que “los problemas psicoemocionales se encuentran íntimamente relacionados con el dolor crónico ya que ambos agravan sus respectivos cuadros”.
De hecho, los pacientes con dolor crónico poseen un riesgo tres veces mayor de desarrollar depresión que las personas que no sufren de dolor, y más del 60% de pacientes padecen de ambas enfermedades en paralelo.
Acerca de las razones, el Dr. Jorge Gencón, psiquiatra y máster en neurociencias y salud mental, explica que factores como el dolor, estrés, cambios en el ánimo, están ligados y que requieren de ayuda profesional para ser tratados. “Por lo general, los pacientes dejan pasar mucho tiempo para tratar su dolor o intentan manejarlo de manera personal, en algunos casos, de acuerdo a las creencias y eso impide que se establezcan protocolos médicos tempranos que puedan evitar una cronificación del dolor”.
Cuando el dolor se cronifica el paciente puede presentar una serie de problemas psicológicos y conductuales que afectan su calidad de vida y la de su entorno. La falta de descanso adecuado, que se relaciona también con síntomas depresivos, repercute en las interacciones de la vida cotidiana de la persona con dolor crónico, debido a que “el estado en el que se encuentra su cuerpo a causa del dolor provoca que tienda a aislarse y a evitar participar de actividades sociales, lo que generará un impacto negativo en su esfera familiar, social y laboral”, señala el Dr. Narváez.
Por ello, los especialistas señalan que es importante detectar si, adicionalmente al dolor crónico, los pacientes padecen también de depresión, trastorno que interfiere en una correcta adherencia al tratamiento, provocando el abandono del mismo y la recaída en el dolor.
El Dr. Gencón afirma que el tratamiento debe ser multidisciplinario, por ejemplo con el médico especializado en dolor, el psiquiatra y el terapista físico para generar resultados en equipo. “A diario tratamos a pacientes con dolor crónico, la parte farmacologica es fundamental pero el soporte emocional tiene que estar presente, la experiencia nos ha demostrado que así obtenemos mejores resultados. Si no se trabaja de esta forma la condición del paciente se complica”.
Por dicha razón, los médicos estiman el acompañamiento psicológico como indispensable, especialmente en Latinoamérica, “donde gran parte de la población que sufre de dolor crónico, no recibe atención que integre bienestar psicológico, emocional y cognitivo”, comenta el Dr. Narváez.